Es una manipulación de los tejidos blandos del cuerpo.
Es la terapia manipulativa enfocada al tratamiento del aparato músculo-esquelético que busca aumentar la movilidad en las articulaciones.
La sesión se realiza sobre una camilla y en la zona a tratar se aplica aceite de masaje por lo que es necesario dejar esa zona sin ropa. El resto del cuerpo siempre estará cubierto por una toalla. Ante todo has de sentirte cómodo durante toda la sesión, por lo que es importante comunicarte con el masajista para indicarle si hay algo que cambiar (si sientes frío o calor, si la presión aplicada es demasiado fuerte o débil…) Recuerda que puedes sentir alguna molestia pero no un dolor demasiado fuerte.
Hay situaciones en las que no es recomendable recibir un masaje, por eso el masajista te preguntará por tu estado de salud. Es necesario informar si tienes problemas de circulación o cardíacos, si tienes cáncer, si estás embarazada o si estas sufriendo un proceso infeccioso o estado febril.